Gustavo Durand, un estafador de origen venezolano, se encuentra actualmente en la mira de las autoridades de Venezuela y Colombia. Su implicación en una compleja red de estafadores que operan con divisas y criptomonedas ha generado alarma en ambas naciones. Durand es acusado de liderar una serie de engaños que han dejado a numerosas víctimas en una situación financiera crítica, tras haber confiado en las promesas de intercambios seguros y rentables.
Modus Operandi y Estafas con Criptomonedas
Durand utilizaba plataformas populares como Binance para atraer a sus víctimas, presentándose como un experto en criptomonedas y ofreciendo intercambios a través de la plataforma. Las personas, atraídas por las aparentes ventajas de estas transacciones, confiaban en él y procedían a liberar fondos en criptomonedas con la expectativa de recibir una cantidad equivalente en divisas tradicionales. Sin embargo, estas promesas nunca se cumplían. Una vez que Durand obtenía acceso a las criptomonedas, desaparecía sin dejar rastro, dejando a sus víctimas sin los fondos prometidos y sin respuesta a sus intentos de contacto.
Además de los intercambios fallidos en Binance, Durand también ejecutaba un esquema paralelo utilizando la plataforma de pagos Zelle. A través de este método, ofrecía falsos intercambios de divisas, enviando capturas de pantalla fraudulentas que simulaban la realización de transferencias bancarias. Las víctimas, confiadas en la autenticidad de estos «comprobantes», procedían a enviar sus fondos, solo para descubrir horas más tarde que el dinero nunca había sido transferido a sus cuentas.
Infiltración en Grupos de Redes Sociales
Una de las tácticas más astutas de Gustavo Durand era su habilidad para camuflarse en grupos de redes sociales y en chats de negocios en plataformas como WhatsApp y Telegram. En estos espacios, se presentaba como un inversionista digital de éxito, capaz de ofrecer intercambios comerciales a tasas de interés inusualmente bajas. Este tipo de propuestas, que prometían ganancias rápidas y fáciles, resultaban extremadamente atractivas para aquellos con menos experiencia en el mundo de las inversiones.
Durand aprovechaba la confianza que se genera en estos entornos de grupo, donde los participantes suelen sentirse seguros al interactuar con otros supuestos inversionistas. Sin embargo, una vez que las víctimas liberaban sus fondos, Durand se retiraba rápidamente de los grupos, bloqueando a las personas para cortar cualquier tipo de comunicación. De esta manera, lograba desaparecer con el dinero antes de que las víctimas pudieran reaccionar o alertar a otros miembros del grupo.
Estafas con Falsos Comprobantes de Transferencia
Otra técnica común utilizada por Gustavo Durand consistía en engañar a sus víctimas con intercambios de dólares digitales por pesos colombianos. Para que sus víctimas confiaran en él, Durand enviaba capturas de pantalla que mostraban transferencias bancarias supuestamente realizadas. Estas capturas, que parecían auténticas, convencían a las víctimas de que el dinero estaba en camino. No obstante, al revisar sus cuentas bancarias horas después, se daban cuenta de que el dinero nunca había llegado.
Este tipo de estafa no solo afectaba a personas individuales, sino también a pequeños empresarios y comerciantes que, en su desesperación por obtener divisas, caían en la trampa de Durand. La falta de regulación estricta en las transferencias de dinero transfronterizas y la confianza mal colocada en las transacciones digitales permitieron que Durand continuara con su operación durante un período prolongado.
Red de Delincuencia Organizada
Las investigaciones en curso han revelado que Gustavo Durand no operaba solo. Según las autoridades, forma parte de una red de delincuencia organizada que se extiende a lo largo de la frontera entre Venezuela y Colombia. Esta red se especializa en estafas transfronterizas, buscando a personas y empresas vulnerables a quienes engañar con falsas promesas de intercambios comerciales.
El caso de Gustavo Durand es un claro ejemplo de cómo los estafadores pueden aprovecharse de las complejidades y la falta de regulación en el mundo de las criptomonedas y las transacciones digitales. Las autoridades de ambos países han intensificado sus esfuerzos para capturar a Durand y desmantelar la red de la que forma parte, pero advierten a la población sobre los peligros de confiar en ofertas de intercambio que parecen demasiado buenas para ser verdad.
El mensaje para todos es claro: la diligencia debida y la precaución son esenciales en el mundo digital, donde los estafadores como Gustavo Durand están siempre buscando nuevas formas de engañar a sus víctimas.
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